¿GRACIAS?

Después de un tiempo los recuerdos vuelven. A veces pensamos que algo está olvidado, que nunca más lo recordaremos, pero siempre hay un pequeño detalle que tras un tiempo nos devuelve esos recuerdos arrinconados en algún lugar de nuestra cabeza. Hace relativamente poco aún dolían algunas heridas del pasado, hace relativamente poco aún lloraba recordando ciertos instantes, ciertas sonrisas, ciertas miradas, y hoy, todo volvió. De repente. Diez segundos. Millones de imágenes. Muchas caras y pocas lágrimas. Casi todo miradas. Casi todo amigos. O eso pensaba en ese pasado no tan lejano en el que esas imágenes eran el presente.

Me han hecho daño, es cierto. Si es lo que querían, en su momento lo consiguieron. Pero después de cada herida, de cada caída, levantaba con muchísima más fuerza. Dicen que de los errores se aprende y yo todavía no aprendí a evitarlos pero lo que sí aprendí es a evitar que el dolor me hunda. Cada vez que me intentan destrozar muestro mi mayor sonrisa y doy a conocer mi lado más duro. Ya no me derrumbo con facilidad. Cuesta mucho hacerme llorar.

A todas esas personas que se dedican ha procurar hacerme la vida cada día un poco más difícil y por lo tanto me ayudan a crecer: GRACIAS. Sí, son todos de lo peor del mundo pero ¿y qué?

Puede ser miedo.
Puede ser que al corazón no le quede hueco para nadie más.
Puede ser que duela el alma.
Puede ser que el golpe doliese tanto que le hizo perder los sentimientos...puede ser que haya envejecido de repente puede que no quiera amar puede que no quiera crecer puede que simplemente quiera que alguien la entienda.

Del amor al odio hay un paso.

Ahora mismo, en este instante, hay al menos diez personas que te quieren de alguna manera pero en diez segundos, o menos incluso, puede que te detesten tanto como yo a tí.