sábado, 5 de marzo de 2011

Reflexión 3

La vida SUPUESTAMENTE te devuelve lo que le das, si le has dado amor te lo devuelve, a lo mejor tarda pero nunca lo olvida. Sólo supuestamente, ¿crees que los niños de África han sido malos con alguien? ¿Que el mendigo que se sienta en la esquina de tu calle fue un hombre serio y arisco antes? ¿Que la gente que pierde a alguien importante para ellos se portó mal en casa? ¿Que el hombre que tiene cáncer fue un cabrón el mes anterior a la quimioterapia? ¿Qué tu vecina la que se quedó viuda fue porque su marido la había engañado y se merecía morir? Es cierto que en muchos casos la vida responde igualitariamente, lo recogido por lo dado, quien no estudia no tiene trabajo, quien no sabe acariciar no obtiene una caricia, quien no sabe guardar un secreto se queda sin saber ninguno; pero no siempre, no creo que nadie merezca una enfermedad terminal, una sentencia de muerte, la pérdida de un familiar, la pobreza absoluta o la muerte de un hijo. Por muy mal que se halla vivido, por mucho daño que se haya hecho, nadie merece morir ¿no? La vida te devolverá lo que hayas cultivado a lo largo del camino, si regaste los rosales llegaran las rosas, si abonaste los cactus llegaran espinas. Es muy simple, la vida se basa en un ir y venir de sentimientos, si al menos uno de los abrazos que des a lo largo de tu vida son sinceros, alguien llegará un día y te abrazará igual, si al menos sonreíste una vez por pura felicidad un día encontrarás a alguien que sonría igual, si vives dando lo que se pide de ti encontrarás a alguien opuesto a ti que te sepa pedir sólo lo que puedes dar y te dé todo lo que puedas pedir. Creo que cuando nacemos tenemos el futuro escrito a lápiz en un libro de pastas plateadas en el que aparece nuestro nombre, pero cada uno puede cambiarlo, sólo uno mismo tiene la clave que te da la goma que borrará el final para cambiarlo poco a poco, para hacerlo mejor o peor y si alguien recibe algo que no se merece será porque alguien entró y cambió todo en el libro. Me gustaría que al morir, Dios o lo que quiera que esté al final de todo, me regale el libro, la versión original y la que se publicó, sería interesante saber lo que te deparaba el futuro antes de hacer cada movimiento. Si cuando muera, alguien se decide a recordarme, me encantaría ser recordada como quién supo sonreír de verdad, dar un abrazo sincero y regalar a la vida todo lo que ella necesitó.

1 comentario:

  1. Tienes razón, muchas cosas que ocurren parecen inexplicables a simple vista, hablando del karma y similares. ¿Qué karma lleva a que un niño nazca con una enfermedad que le hará morir a los 10 años? Supongo que para eso no hay explicaciones. Aun así sigo creyendo que todas las cosas tienen un porqué a pesar de que sea imposible conocerlo, aunque ni mucho menos creo que la muerte de nadie sea justificable si no está ya entrado en años.

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