viernes, 30 de diciembre de 2011

Tú y nadie más.

Hay tardes que merece la pena vivir, la de ayer fue una de ellas. No sé cómo puedo desear tanto tus besos, cómo puedes ser tanto en mí. Un día me explicas qué narices tienes para que te quiera así pero mientras tanto sólo déjame disfrutarte, disfrutar tus besos y cada centímetro de piel que cubre tu cuerpo.

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